El Benito Villamarín de Sevilla ha tenido un factor común en la debilidad defensiva tanto de verdiblancos como de amarillos. Multitud de ocasiones de gol claras, la misma cantidad de errores en las áreas y un partido descontrolado por momentos.
A pesar de la exigencia del choque, por la necesidad que se han creado ambos a base de irregularidad y poco acierto.
El Villarreal CF cierra su semana aciaga con una nueva derrota que da aire europeo al Real Betis Balompié (2-1). Una derrota de crueldad, del lado amargo del fútbol con uno de sus magos como protagonista. La responsabilidad volvió a recaer en las botas de Santi Cazorla, el único futbolista al que acogerse pese a sus dos temporadas en el dique seco, y esta vez no tuvo el final habitual. El penalti que hubiera supuesto el empate y el punto necesario para salir del descenso, fue a las manos del guardameta del Betis.
Vuelta de vacío, nuevamente en descenso y con la responsabilidad de afrontar el jueves el derbi de cuartos de final de la UEFA Europa League ante el Valencia CF.
¡Las lágrimas de Cazorla demuestran carácter, así que el guión requiere de valientes como él!