Rachas muy diferentes las que llegaban al Estadio de la Cerámica en el partido de la polémica por dónde se disputaba. Pues no, ni rastro de Miami y con más del 90% de humedad en tierras castellonenses para el encuentro que iniciaba la jornada liguera.
Echaba a rodar el encuentro sin novedades en los onces, el Atlético de Madrid salía con sus titulares de gala y el Villarreal hacía lo propio con la obligación de suplir la baja de Santi Cazorla, que finalmente no llegó a recuperarse para el partido y Calleja no quiso arriesgar con la máxima estrella de los amarillos.
Empezaron apretando los futbolistas del Cholo Simeone, que acechaban la portería de Asenjo con varias ocasiones muy claras del portugués Joao Félix, que estrelló un balón al poste y picó demasiado un mano a mano con el guardameta del Villarreal. Con el paso de los minutos encontraban los huecos los locales y, a través de Chukwueze, inquietaban la defensa atlética y los palos de Oblak. La igualdad reinaba en una noche fría de fútbol, que se encargó el árbitro Hernández Hernández de caldear con varias decisiones polémicas. Llegó a consultar el VAR por una dudosa acción tras un córner lanzado por los amarillos, quienes reclamaron con insistencia el agarrón que había sufrido Iborra dentro del área pequeña y que evidenciaban las imágenes de la televisión. Fue justo en esa jugada del saque de esquina donde el centrocampista local recibió un fuerte golpe en el costado de Oblak que le dejó muy dolorido, hasta el punto de tener que ser sustituido.
Las ocasiones iban por tramos y esclarecieron la falta de gol de los dos equipos, incapaces de perforar las porterías rivales para conseguir tres puntos importantes. Finalmente fue uno para cada uno, reparto igualitario y un 0-0 que dejó sensaciones agridulces a ambos.
El Villarreal sigue sin conseguir la victoria que revierta una situación complicada tras sumar únicamente 2 de los últimos 18 puntos ligueros y el Atlético de Madrid sigue bajando puestos en la clasificación hasta perder incluso la condición de Champions tras una sequía goleadora que ya preocupa a la afición colchonera.