Nuestra particular mirada del Athletic Club de Bilbao 1 – Villarreal C.F. 1

El Villarreal C.F. perdona al Athletic Club de Bilbao en San Mamés

 

 

Empate a uno final en un choque marcado por la verticalidad de ambos conjuntos. Juego de ataque incesante, de área a área de una Catedral prácticamente llena hasta la bandera y consiguiendo un ambiente único.

 

 

Alentado por los más de 45.000 leones que abarrotaban las gradas, el Bilbao salía en tromba hacia la portería del Villarreal al inicio del partido hasta que se topó con el penalti provocado por Jaume Costa. Penalti que erró Manu Trigueros y paró Kepa Arrizabalaga, ovacionado por una afición expectante ante lo que deparará el futuro del portero.

 

En el centro del campo, Rodri Hernández hacía y deshacía para el Submarino, moviendo de lado a lado el balón y recuperando todo lo que pasaba cerca de él en campo propio. Consiguió así equilibrar a su equipo y que este consiguiera encadenar bastantes minutos de buen fútbol, de buen criterio con el balón y de ahogar al Athletic en su propio estadio.

 

 

Trigueros se resarció de su fallo en el penalti marcado el 0-1 desde la frontal del área grande con un derechazo raso y pegado al poste de Kepa. Gol de calidad y fruto del buen juego combinativo de los visitantes.

Las ocasiones seguían llegando para ambos, llegando a tener tres contras muy claras el Villarreal con superioridad numérica y que acabó desperdiciando. También para el Bilbao, que aprovechó varias de las imprecisiones de los amarillos por el afán de estos por sacar la pelota jugada y al pie. Varios robos en zonas peligrosas propiciaron algunas ocasiones bilbaínas que no supieron aprovechar sus futbolistas, como Córdoba con un lanzamiento que dio en el palo defendido por Barbosa.

 

 

 

La afición del Bilbao seguía alentando a los suyos hasta que en una de sus galopadas por la banda de Balenziaga llegó el centro que remató de cabeza hasta dentro de las redes Aduriz. Así llegaba el 1-1, con un fuerte y colocado cabezazo del delantero del Athletic utilizando una vez más el arma que mejor le define, el remate de cabeza dentro del área.

 

 

 

Ya en el descuento llegó otra contra clara para el Villarreal, de nuevo desperdiciada pero ya sin tiempo para poder tener otra igual. En este caso era Denis Cheryshev quien fallaba un mano a mano frente a Kepa, lo que hubiera supuesto el 1-2 defintivo por estar ya en el descuento de la segunda parte y no tener los locales tiempo para la reacción.

Todavía le dio tiempo al Bilbao para tener un último disparo a puerta, ninguno de los dos se conformaba con el empate que reflejaba el electrónico.

 

 

Los pequeños detalles como el fallo en el penalti o el no rematar el encuentro con un gol en el descuento que hubiera supuesto la victoria, son los que marcarán al final de La Liga la posición y los objetivos por los que puede llegar a pelear el equipo amarillo.

 

¡Increíble experiencia una vez más, el ambiente de fútbol que se respira en San Mamés es único y hay que vivirlo como lo hemos hecho nosotros esta noche!

 

¡Seguimos creciendo! 


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